Miré al cielo y contemplé al Sol. Deduje que, si la maldad de las personas es inacabable, el fuego abrasador del sol nunca llegará a agotarse sin gota de agua que comience su extinción.
En el planeta tierra la crueldad nunca podrá desaparecer, la moral de los realmente seres buenos es violada y vacilada por el poder del villano soberano.
El Sol y la Maldad son fuentes inagotables que han imperado desde su comienzo hasta siempre.
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