Cuando se inventó el amor el mundo ya conocía el odio, ya que fuimos nosotros, los seres humanos, los encargados de cosecharlo y expandirlo en todas aquellas generaciones que vendrían por delante, para así poder conseguir lo que parece ser nuestro único objetivo en la vida, que es el afán de poder y el vicio de tenerlo todo. Pero siempre hay quienes conocen las verdades buenas que hacen que realmente un ser pueda ser feliz durante toda su vida, y eso es el amar y ser amado por los demás, esto es lo único que puede hacer que nos sintamos por completo gratificantes con nosotros mismos, porque realmente el único objetivo del ser humano es querer, porque ni aún teniendo todo lo material no se podría ser nunca feliz si no tienes el cariño de los seres que te rodean. Solo en unión podremos arrancar la maldad de las tierras en las que vivimos, y replantarlas con todo el amor y con toda la bondad que pueda salir de nuestros sentimientos y emociones, y así poder reconstruir el mundo y evitar su destrucción.
